Como
ya os he comentado, he iniciado mi formación como profe de yoga y
esta semana he impartido mi primera clase. Era un grupo reducido,
entre amigos, pero al verme frente a ellos prestándome atención y
dándome toda su confianza todos los nervios y dudas se
desvanecieron.
Días
antes de la sesión grupal, pasaba día y noche armando mentalmente y
luego poniendo en práctica la clase. La verdad es que ya habia
“dado” clases o mejor dicho, compartido sesiones con mi chico y
algunos familiares. Pero esta vez me lo tomé en plan más
profesional como una auténtica profe de yoga.
Llegamos
al local, colocamos las esterillas, una velita, un incienso y un
poquito de kirtan para tener una sesión reparadora y relajante.
Admito que cuando estaba sentada delante de mis alumnos, me recorrió
por el cuerpo un pequeño escalofrío que identifiqué como nervios.
Cerramos los ojos para iniciar la sesión con una pequeña relajación
y después del mantra Om para dar inicio a la clase todo nerviosismo
se esfumó.
Como
mis alumnos no habían hecho yoga antes fue una sesión sin mucho
esfuerzo pero completa, con nuestro saludo al sol para calentar bien
el cuerpo, un poquito de equilibrio con nuestro árbol o vrksasana,
posturas de pie, posturas de suelo y para terminar la asana más
dificil: nuestra relajación en savasana. Tengo que decir que todos
fueron muy buenos alumnos y es de agradecerse.
Al
finalizar la sesión todos salimos con una energía renovada,
relajados y con las pilas a tope de power. Nos fuimos a desayunar un
poquito, para alimentar el cuerpo y a disfrutar de la semana.
De
vuelta a casa, iba recordando la clase y comentándola con mi chico,
que por cierto no paraba de echarme flores (cómo se nota que es mi
chico) que si que muy bien, muy profesional, la relajación me ha
encantado... En fin, con esos comentarios la verdad es que estaba en
las nubes. También hubieron algunas criticas no tan buenas; como
fijarme más en los alumnos y corregir un poco. Pero para ser mi
primera clase el resultado es positivo y la verdad es que le he
cogido el gustillo y ya me imagino en próximas sesiones grupales.
A
mis primeros conejillos de india mil gracias, sois geniales y os
agradezco este hermoso regalo, porque os aseguro que yo lo disfrute
más y me ayudásteis a enamorarme un poco más de este mundo yogui.
Gracias chicos.
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