miércoles, 29 de noviembre de 2017

Mi primera clase

Como ya os he comentado, he iniciado mi formación como profe de yoga y esta semana he impartido mi primera clase. Era un grupo reducido, entre amigos, pero al verme frente a ellos prestándome atención y dándome toda su confianza todos los nervios y dudas se desvanecieron.

Esta oportunidad surgió de repente y sinceramente no quería dejarla escapar, porque siempre está bien ponerte a prueba y un poco en situación. Se lo comenté a mi super profe de formación y no me puso ninguna objeción, así que eso me dio aún más confianza.

Días antes de la sesión grupal, pasaba día y noche armando mentalmente y luego poniendo en práctica la clase. La verdad es que ya habia “dado” clases o mejor dicho, compartido sesiones con mi chico y algunos familiares. Pero esta vez me lo tomé en plan más profesional como una auténtica profe de yoga.

Llegamos al local, colocamos las esterillas, una velita, un incienso y un poquito de kirtan para tener una sesión reparadora y relajante. Admito que cuando estaba sentada delante de mis alumnos, me recorrió por el cuerpo un pequeño escalofrío que identifiqué como nervios. Cerramos los ojos para iniciar la sesión con una pequeña relajación y después del mantra Om para dar inicio a la clase todo nerviosismo se esfumó.

Como mis alumnos no habían hecho yoga antes fue una sesión sin mucho esfuerzo pero completa, con nuestro saludo al sol para calentar bien el cuerpo, un poquito de equilibrio con nuestro árbol o vrksasana, posturas de pie, posturas de suelo y para terminar la asana más dificil: nuestra relajación en savasana. Tengo que decir que todos fueron muy buenos alumnos y es de agradecerse.

Al finalizar la sesión todos salimos con una energía renovada, relajados y con las pilas a tope de power. Nos fuimos a desayunar un poquito, para alimentar el cuerpo y a disfrutar de la semana.

De vuelta a casa, iba recordando la clase y comentándola con mi chico, que por cierto no paraba de echarme flores (cómo se nota que es mi chico) que si que muy bien, muy profesional, la relajación me ha encantado... En fin, con esos comentarios la verdad es que estaba en las nubes. También hubieron algunas criticas no tan buenas; como fijarme más en los alumnos y corregir un poco. Pero para ser mi primera clase el resultado es positivo y la verdad es que le he cogido el gustillo y ya me imagino en próximas sesiones grupales.

A mis primeros conejillos de india mil gracias, sois geniales y os agradezco este hermoso regalo, porque os aseguro que yo lo disfrute más y me ayudásteis a enamorarme un poco más de este mundo yogui. Gracias chicos.

¿Y vosotros qué tal vuestras primeras clases como alumnos o como profes? No dudéis en dejar vuestras experiencias y comentarios.


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Namaste
Sat Nam
ॐ मणि पद्मे हूँ




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